martes, 26 de enero de 2016



SON    ASÍ


Cierra los brazos,
donde   termina  mi cuerpo,
como inmóviles mástiles
entre   el  ir  y  venir  de  lo incógnito ,
del  rigor  de  azares y   de fechas,
mientras  el viento  flagela
con  fiereza  triste, las  noches del tiempo.
Brazos   como red leve,
echada   al  compás   de  ansias  y  tactos.
Regazo ardiente.
Paraíso sin cálculo.
Brazos   como  el  horizonte,
entregado  a  la  luz  sin  resistencia
 o   frenético fuego
ante   el  porvenir de la sombra.
Como  el  mar,  estallido  en ascensión
o    mansa espera cierta.  

Ana Egea. Memoria de amor. Registrado.
   

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