Carne de mi carne, colmas las ansias de ternura
en los días de mi corazón.
Para Alex
Dije tu nombre con la boca triste
de sufrir esta vida, más bien fiera
y fue mi voz alud de primavera
apenas a los brazos me viniste.
Las sombras despertaban. Tú reíste,
como canto vivaz de lavandera,
y un perfume a ternura mañanera
a espinos y enramadas ofreciste.
Eres pura sonrisa de alborada,
pétalo dulce, red de armonía,
amplio nido precoz de algarabía.
Allá donde se posa tu mirada,
¡qué violencia de luz
y de alegría!
¡Cuánta miel derramada en tierra
mía!
No hay comentarios:
Publicar un comentario